Consejos para mi hijo

Debe el hombre trabajar
si ha de vivir en su ley.
Hasta el rey si es un buen rey
pone empeño en gobernar.
Que el hombre, para alcanzar
una dicha manifiesta,
no debe de fiesta en fiesta
gastar su fuerza en la tierra.
¡Para vivir en la sierra
debe repechar la sierra!

Lo que hoy no puedas hacer
debes hacerlo mañana.
Aunque sea de mala gana
a la huella has de volver,
recruzarla y retener
el rastro, como un sabueso.
Un premio tendrá por eso,
tu rebuscar diligente.
¡Cinco monedas de a veinte
valen lo mismo que un peso!

Las cosas deben hacerse
en el momento propicio.
No ha de tener beneficio
el que en ello no se esfuerce.
Nunca debe acometerse,
el trabajo con engaño.
A sí mismo se hace daño
quien siembra fuera de fecha.
¡Se malogra la cosecha
del que siembra a fin del año!

No se triunfa en la tarea
si no se conoce a fondo.
Cuando un paisano es redondo
la ignorancia lo manea.
Pero el que sabe... capea
la miseria a todo viento.
Y siempre le queda el aliento
para ganarse la torta.
¡Si el cuchillo no le corta
no puede sacar buen tiento!

Lo que vayas aprendiendo
No lo debes olvidar.
Tratá siempre de sumar
A la par que vas viviendo.
Bueno es que vayas sabiendo
que a la par de los consejos,
en la boca de los viejos
la experiencia se le ayunta.
¡Cuando las huellas se juntan
la aguada no está muy lejos!

Para triunfar en la vida
tiene uno que ser constante,
trabajador y de aguante
en la tarea emprendida.
No habrá jornada perdida
si en ella se pone afán.
A ninguna parte van
los que se quedan en casa.
¡El que la harina no amasa
no puede comer buen pan!

Los hombres, por la apariencia,
no se les debe juzgar.
Hay quien puede atravesar
desgraciada contingencia.
Tal vez en otra querencia
se comenten sus hazañas.
A veces fuerzas extrañas
motivan esos desvíos.
¡Las piedritas en los ríos
son rocas en las montañas!

Para conocer a un hombre
lo debés hacer hablar,
y en la mente has de guardar
Pago o estancia que nombre.
Poco a poco, no te asombre,
lo vas a tener filiado.
Al paisano que es callado
no debés juzgarlo a risa.
¡No se le ve la camisa
al gaucho que está emponchado!

No hagas juicios prematuros
con los hombres de tu trato,
que el hombre no es como el gato
que puede ver en lo oscuro.
Nunca te sientas seguro
de que sabés acertar.
Y de que es fácil errar,
alguna experiencia tengo.
¡Para saber si uno es rengo
hay que verlo caminar!

Una palabra o un gesto
suele tener importancia.
A la rosa, su fragancia,
la pone de manifiesto.
Cuando un hombre se ha propuesto
manifestar su querella,
el dolor le pone en ella
gracia y pena en equilibrio.
¡Un rayo de luz a un vidrio,
lo transforma en una estrella!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente!