Nochebuena

Esta noche reunidos
de la lumbre a la vera
adonde las castañas
rechinan y se tuestan
quebrándose con ruidos
de bocas que se besan.
Reunidos en familia
mientras llega la cena
hemos de alegrarnos
tocando la vigüela
y festejando el triunfo
de la pasada siega,
que es toda una delicia,
que es toda una promesa.
Riamos esta noche,
feliz de Nochebuena.

¿Quién es que sin festejos
esta noche se acuesta?
No seremos nosotros, ni ninguno
que a nuestro lado medra,
que hoy es día de Reyes,
que hoy es día de fiesta,
y a nadie permitimos
que vaya a sus tareas.

Que vengan bailadores,
sonajas, panderetas,
la gaita, la ocarina,
la alegre castañuela,
que ya llega España
vestida de fiesta,
tocando la Jota
mejor de la tierra.
Que estamos en la noche
feliz de Nochebuena.

Y mientras se cocina
la mejor merienda
para hacer la noche
más corta y amena,
que cuente nuestro padre
aquella historia añeja
de cuando era joven
y amante de juergas,
de amores en las viñas
junto a floridas rejas,
de amores y navajas,
guitarras y peleas.

Que hoy cuente sus andanzas,
sus trances y verbenas,
por aquella España
de fecundas vegas,
de montes escarpados
que espantan y serenan
blancos en las cumbres
y áureos en las ladera
donde la mies del Coto
con el calor se encera.
Por aquella España
de trofeos llena,
hoy tierna y laboriosa,
ayer fuerte y guerrera.
Por aquella España
graciosa y esbelta,
la de los verdes valles
do triscan las ovejas
y cantan los baturros
canciones de la tierra.
La de los altos encinares
y rubias sementeras
de alegre mozaina
y alegres muchachuelas,
de viejos rezongones
y atrevidas doncellas,
como flores de lindas,
como flores de frescas.

Que hoy cuente sus hazañas
en la Carlista guerra,
su paso por la Francia
hospitalaria y buena,
su viaje a la Argentina
buscando la riqueza,
sus múltiples trabajos
sus muchas peripecias.
Su vida de hacendado
en esta hermosa tierra,
después... su casamiento,
más tarde... los hijos que llegan.
Luego sus afanes
por darles escuela
y diga con orgullo,
erguida la cabeza,
que no ansía más dicha
que ver sus hijos cerca
y ver cómo lo quieren
y ver cómo se empeñan
en alejarle todo
motivo de tristeza.

Riamos esta noche
feliz de Nochebuena.

Que cante nuestra madre,
del mundo la más buena,
los versos más alegres,
y que al poner la mesa
siguiendo la costumbre
legada por la abuela...
bendiga nuestras vidas,
bendiga nuestra cena
y bese nuestras frentes
como ella sola besa,
con su gesto de madre,
de Santa y de princesa.

No quiero que mis versos
a nadie enmudezcan,
que estamos de alegría
y lágrimas no cuelan.

En la espumante sidra
ahoguemos las penas.
dejemos los negocios,
dejemos las faenas.
Saquemos del armario
los panes y botellas.
Pongamos los manjares
mejores en la mesa
y la henchida bota
que duerme en la alacena,
que deje su guarida
y salga para afuera,
que esta noche de vinos y sidras
ni una miaja queda.

Cantemos y riamos
la hermosa Nochebuena
Que padre y madre bailen
su “Aurrescu” que en la
tierra lejana de Navarra
en noches de verbena,
inicia la jarana,
y comienza la fiesta.
Que suenen los “irrintzis”
tremantes de fiereza,
que vengan “versolaris”
y canten en pareja.
Que llore la dulzaina
sus lánguidas cadencias,
que hoy estamos en casa
sin pizca de tristeza
y estamos festejando
la alegre nochebuena.

Que hoy suene la Jota
que pone en las venas,
mucho de alegría
y algo de bandera.
Que canten los navarros
y bailen las mozuelas
y rían los ancianos
haciendo castañuelas,
y ensayen zapateos
destartaladas viejas.
Que venga abajo el mundo
y rueden las estrellas
que esta noche reímos
hasta que amanezca.
Que estamos en familia,
festejando la fiesta
que siempre festejamos
en la Nochebuena.

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